Si bien es posible hacer muchas ‘caminatas comerciales’ en Nepal, con todos los servicios básicos incluidos, yo disfruté de un trek fascinante que no requiere demasiada preparación, habilidades físicas o dinero. Estoy hablando del Rara-Phoksundo Trek, que es un sorprendente paseo por la naturaleza virgen nepalí.
A mi llegada a Rara, opté por quedarme en una pensión local y rápidamente empecé a explorar. Mi alojamiento estaba muy cerca del mirador Murma Top (3.692 metros de altitud). Después de caminar solo 20 minutos, me encontré con una vista asombrosa hasta el lago.
Caminando en el sentido de las manecillas del reloj alrededor del Rara, se encuentra un pueblo local que se ha convertido en un resort, un hotel y la sede del Parque Nacional de Rara, donde tendrás que pagar tu entrada si no lo hiciste en el Centro de Servicio Turístico en Katmandú. Los funcionarios del parque te permiten armar una carpa sin cargo en las zonas de campamento, donde también puedes usar los baños y regaderas. Puedes comer en pensiones locales o comprar comida en el hotel.

Mugu Valley. Photo: Alex Kotovenko
En la caminata al Phoksundo, generalmente caminamos unos 20 a 25 kilómetros por día. El horario diario era más o menos lo mismo: me despertaba a las cinco de la madrugada y mi amigo una hora después, nos pusimos en marcha sin desayunar y después de dos o tres horas encontramos un salón de té local para tomar un bocado. Durante el calor del día, tomamos al menos dos horas para comer, luego en la tarde llegamos a una pensión para cenar y pasar la noche.

Kagmara La. Photo: Alex Kotovenko
Había dos miradores especialmente hermosos en el camino a Jumla: en Ghurchi Lagna, cerca de la entrada del Parque Nacional de Rara, y en Khali Lagna, antes de llegar a la ciudad de Jumla. Nos quedamos una noche en esta ciudad, donde recogimos baratas bolsas de manzanas y nueces para botanear.
Desde Jumla, nuestro objetivo era llegar a Maure Lagna (3.894 metros de altitud) en dos días. Se me hizo interesante que cuanto más al este de Jumla viajábamos, más notábamos la presencia de la cultura budista y menos de los hindúes.
En las laderas verdes en terrazas de Mugu, desaparecieron las amplias viviendas de barro con techo plano en favor de casas individuales de forma cuadrada hechas de piedra y rematadas con un techo a dos aguas. Las banderas de plegaria en estos techos ondeaban como velas simbólicas de la fe budista. Extraños pilares tallados con rostros de hombres se colocaron en el cruce del pueblo, en la entrada de las casas e incluso en los techos. Después de caminar un día, nos sumergimos lentamente en una cultura completamente distinta.

Lake Phoksundo. Photo: Alex Kotovenko
Esa noche nos quedamos en Kaigaon, y luego seguimos al pueblo de Pungmo al día siguiente, donde el desierto arenoso de gran altitud se transformaba de nuevo en exuberantes laderas verdes. El ambiente se volvió muy diferente al de Mugu. Las montañas con picos blancos de nieve, cubiertas de glaciares, llegaron a la vista. El viento también cambió: las suaves brisas de Mugu se convirtieron en las húmedas ráfagas de Dolpa.
Al día siguiente vimos nuestro segundo lago. El Phoksundo es un ancho cuerpo de agua azul entre rocas grises. ¡Cuanto más te acercas, más surrealista parece, como una foto retocada! Luchaba por entender la escena, que parecía algo de una historia de ciencia ficción.
Pasamos dos días completos en la zona de campamento del Phoksundo, hicimos dos caminatas cortas a ambos lados del lago, pero estábamos demasiado exhaustos para llegar al campamento de Phoksundo Khola (el camino a Upper Dolpa).
Pasamos dos días caminando de regreso al aeropuerto de Juphal, donde tuvimos que esperar varios días para nuestro vuelo a Nepalgunj. Esto se debe a que en octubre las nubes de lluvia llegaron desde Lower Dolpo y no se podía volar. Pero finalmente, un vuelo de 35 minutos nos regresó desde el país de las maravillas del Rara-Phoksundo Trek al mundo ‘real’ de carreteras, carros, tiendas y electricidad.
Article by Alex Kotovenko.
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